Un año y pico después de la desaparición del Atlanta el 20 de agosto de 1881, los marineros del buque Ellen Austin vieron que, a lo lejos, una goleta iba aparentemente a la deriva. El capitán ordenó un abordaje y descubrieron que la tripulación había desaparecido misteriosamente pues el barco estaba intacto e incluso se conservaba completa y en buen estado una gran carga de madera en la bodega.
¿Acaso fueron víctimas de
un abordaje? No, ya que no habían rastros de violencia…Así, el capitán mandó a
que una parte de la tripulación se fuera en la goleta y que la goleta navegue
junto con el Ellen Austín…Tiempo después la goleta se perdió de vista y, cuando
fueron a buscarla y a abordarla, la tripulación había desaparecido y el barco
seguía intacto (aunque la bitácora había desaparecido…). Preocupado, el capitán
volvió a ordenar que se abordara la goleta pero esta vez bajo la consigna de
que la goleta no debía apartarse en lo absoluto del Ellen Austín. No obstante
sucedió que tiempo después, mientras navegaban juntos ambos barcos, calló una
llovizna, se formó un banco de niebla y la goleta desapareció en la niebla
junto a los hombres que el capitán mandó. Nunca más hallaron a la goleta o a
sus ocupantes.
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